Por María Luisa de Miguel Corrales
Por experiencia propia, y porque me dedico a asesorar a muchos emprendedores y emprendedoras, sé que el camino para llegar a crear una empresa es tortuoso, lleno de dificultades, contratiempos y hasta sin sabores. Quizás detrás de todo ello está la razón por la que un proceso que debería ser divertido, apasionante y lleno de ilusión, acabe siendo en un puro trámite que hay que realizar cuanto antes.
Y aquí comienza el primer fallo del aterrizaje, tomar pista demasiado pronto. Tomarse un tiempo previo a la puesta en marcha de la empresa, para Absorber, Escuchar, Interesarse, Observar y Ubicarse, es clave para el éxito o fracaso de la misma.
Los meses previos (y no hablo de 2 o 3) al izado de la bandera como empresa constituyen un periodo precioso y valioso que debemos saber aprovechar para capacitarnos y socializarnos como futuros empresarios y empresarias: explorar nuestras verdaderas fortalezas y como ponerlas al servicio de la empresa, conocer el contexto empresarial, su cultura, construir relaciones y alianzas, clarificar metas y expectativas, testear nuestro nivel de optimismo, resilencia, equilibrio emocional y confianza.
El puente hacia el mundo de la empresa se empieza a cruzar desde el momento en que tienes claro cuál es tu proyecto y que lo quieres llevar a cabo. Es en ese momento, y no cuando abres tu empresa, cuando debes empezar a pensar como empresario o empresaria y a preparar tu aterrizaje. Y el paso por el puente es el momento idóneo para reflexionar, para anticipar escenarios, para observar y recoger información, para pararse a contemplar el entorno y detectar oportunidades, y para experimentar.
Dejar todo esto para el momento en que ya tienes tu empresa en marcha es un error, porque créeme, una vez estés inmerso en el día a día con sus continuas demandas y plazos no tendrás tantas oportunidades para reflexionar, investigar y experimentar.
Cruzar con paso firme el puente hacia el mundo de la empresa te asegura un buen aterrizaje. Llegado a este punto, quizás te estés preguntando ¿y cómo hago todo esto? No voy a darte la respuesta, aunque si me lo permites me gustaría contarte como trabajo a través del coaching con un emprendedor o emprendedora su plan de aterrizaje en la empresa:
1.- Construyendo el mapa mental de tu empresa
Saca de tu mente todo eso que revolotea dispersamente en ella y te impide focalizar bien tu objetivo, tu estrategia, tus recursos y tu plan de acción. Vuelca a una cartulina grande todo, empezando por el objetivo, la visión de tu empresa y luego sigue por plasmar los recursos con los que cuentas, los que necesitas, lo que quieres hacer, como lo vas a hacer, cuales son las personas clave en tu visión, la estrategia, tus fortalezas, y las ideas que te surgen.
Dale un descanso a tu mapa y colócalo en un lugar en el que puedas verlo todos los días, contémplalo y escúchale, déjale que te hable y hazle preguntas.
¿Cuál es la clave de tu negocio? ¿Cómo vas a diferenciarte? ¿Cómo vas a hacerlo ver? ¿Qué valor aporta para otros? ¿Y para ti?
¿Cuáles son tus prioridades personales? ¿En qué medida están alineadas con tu nueva faceta como empresario? ¿Cómo podrías alinearlas?
¿Qué esperas ver, sentir u oir en tu entorno cuando ya seas empresario o empresaria? ¿Qué supone esto para ti? ¿Cómo lo vas a afrontar?
2.- Indagando sobre las experiencias de éxito pasadas que te ayudan a definir cuál es tu núcleo de fortalezas sobre el que debes asentar todo el desarrollo de la marca de tu empresa y de la tuya propia. Esto de dará una confianza inquebrantable.
¿Cuáles han sido tus principales logros en tu vida? ¿Qué fortalezas crees que hay detrás de ellos? ¿En qué te pueden ayudar esas fortalezas en tu andadura empresarial?
3.- Descargando la mochila de creencias que te limitan, de experiencias pasadas que ya no dicen nada de ti, de relaciones que te roban energía, de emociones que te bloquean, y de trampas mentales que te impiden avanzar.
Estas ante el inicio de una nueva etapa vital, la resistencia a dejar cosas atrás y el miedo a perder otras pesa e influye en tu futuro. No se puede iniciar con éxito algo sino se finaliza lo anterior con éxito.
4.- Realizando el inventario de existencias en fortalezas, habilidades, conocimientos, alianzas que tienes y que necesitas.
¿Qué aspectos crees que son clave para el éxito como empresario? ¿Cómo te ves con respecto a ellos? ¿Serían necesarias algunas habilidades más? ¿Cuáles? ¿Cómo puedes desarrollarlas?
¿Cuáles son los retos más importantes que tienes que afrontar? ¿Cuál es tu nivel de preparación frente a ellos? ¿Que necesitas?
5.- Diseñando el plan de acción
¿Qué acciones habría que llevar a cabo para lograr tu objetivo? ¿Cuáles son las acciones prioritarias? ¿Te acercan o te alejan de tu objetivo?
¿Que se requiere para llevarla a cabo? ¿Dónde y cómo vas a obtenerlo?
¿Cuáles serán tus próximos pasos para llevarlas a cabo? ¿Cuándo comenzaras? ¿Cuándo estarán completadas?
¿Cómo vas a conectar con las personas más relevantes para tu empresa? ¿Qué mensaje quieres transmitirle?
Un proceso de coaching previo a la puesta en marcha de tu empresa te ayudará a reflexionar profundamente sobre tu plan de aterrizaje. Pero esto es solo una parte del proceso, la que se lleva a cabo en las sesiones. Entre sesiones tendrás que trabajar duro, llevar a cabo acciones, experimentar, reflexionar, registrar tus comportamientos y resultados, y medir tu grado de avance.
El coaching es una secuencia continua de reflexión-acción, y en ello reside la clave de su éxito. Durante el proceso llevaras a cabo acciones dirigidas a lograr tu objetivo, y en ese proceso de acción se adquieren aprendizajes muy valiosos sobre ti mismo, sobre lo que verdaderamente eres capaces de hacer, explorando tu creatividad e incrementando tu confianza. En las sesiones se crea un espacio para reflexionar sobre las acciones desarrolladas, los aprendizajes adquiridos, los resultados obtenidos y cómo todo ello te va a acompañar y servir en el futuro.
¿Cuándo despegamos?
María Luisa de Miguel Corrales
Líder Coach
Alquimiacoach
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