Dr. José Fardella Rozas.
Abstract:
Nuestro cuerpo es: vibración en el campo unificado que terminan formando sus moléculas, cuando ésta concuerdan con las del universo, se denomina: arrastre (o relación rítmica); sentir tu cuerpo conectado con la sacralidad de la naturaleza: es comunión con ella y concordancia con las vibraciones de la tierra (ritmo circadiano). De esta forma el líder está en armonía interior; desde su esferas del sentimiento nace la comunión con el todo; apertura, adaptabilidad y prolijidad. Para conectar con la reacción de nuestros interlocutores, la amígdala y sus circuitos asociados constituyen una especie de estación reguladora que resulta esencial para que los circuitos abiertos de las personas implicadas sincronicen sus emociones: resonancia límbica. Estableciendo así contacto con sus seguidores a través de su sintonía: conexión y sincronía de frecuencia vibratoria.
Introducción.
Las razones que explican la importancia de las actitudes y comportamiento del líder, no depende tanto de: lo que hace, como el modo en que lo hace. Se asienta en la misma estructura del cerebro humano, concretamente en lo que los científicos denominan: circuito abierto del sistema límbico (centro cerebral que regula las emociones). Mientras que los sistemas cerrados, como el circulatorio, son autorregulados e independientes del sistema circulatorio de otra persona que nos rodea, por el contrario los abiertos se hallan en gran medida condicionados externamente. No somos seres fragmentados. Aunque tres episodios o mas de estrés en el plazo de un año (serio revés financiero, un despido o divorcio) triplican la tasa de mortalidad en los hombres de mediana edad socialmente aislados, no tiene el menor efecto en quienes mantienen vínculos sociales muy estrechos
(Rosengren, 1983).
En este mundo estamos acostumbrados a fragmentarlo todo, como parte del enfoque de las ciencias en general (Bohm, 2004). Dividimos el mundo en países, religiones, ciudades y sistemas políticos que luego entran en guerras y violencias. Asegura que la realidad, aunque la percibamos así, no es la fragmentación, sino el todo. Los seres humanos somos parte: del flujo universal que da origen a todo lo que vemos aparentemente fragmentado. La contemplación analítica y fragmentada de la realidad con la que hemos convivido durante tanto tiempo es, a juicio del físico y escritor Capra (1975): inadecuada para tratar con nuestro mundo superpoblado e interconectado. Señala que estamos experimentando una “crisis de percepción“. La teoría del caos sugiere una percepción y una concepción asociada de un mundo de una pieza, un mundo orgánico, sin costuras, fluido e interconectado: el todo. Dice que puede encontrar reflejos auto semejante del cosmos dentro de cada una de sus “partes”.
El circuito abierto posibilita la interrelación continua entre los sistemas límbicos de los integrantes de un grupo. Al permanecer en sintonía con la reacción de nuestros interlocutores, la amígdala y sus circuitos asociados constituyen una especie de estación reguladora que resulta esencial para que los circuitos abiertos de las personas implicadas sincronicen sus emociones. Uno de los términos científicos utilizados para referirse a esta sintonía neuronal es el de resonancia límbica: una sinfonía de constante intercambio y adaptación interna, por medio de la cual las personas acompasan sus estados emocionales (Lewis, Amini & Lannon, 2000).
La capacidad de captar el contexto es: la habilidad de ponderar una serie de factores que van desde la forma en la que diferentes grupos de personas van a interpretar un gesto hasta la habilidad de poner una situación en perspectiva. Sin esta, el líder está absolutamente perdido porque no puede establecer contacto con sus seguidores (Bennis & Thomas, 2003).
Hipótesis: lo que le permite al líder sintonizar en la misma frecuencia de vibraciones con la naturaleza y con las personas, es su armonía interior en las esferas del sentimiento: paz interna. La precede la libertad, desprendimiento en el ámbito cognitivo (conciencia sin pensamiento) y material.
Fundamento Teórico.
La falta de Compasión (implica conocimiento e identificación) y carencia de voluntad para sintonizar (ama a tu prójimo como a ti mismo) con la petición de otro dañan cualquier tipo de relación: intra o interpersonal. Si es una virtud amar a mi prójimo como ser humano, entonces debe ser una virtud- y no un vicio- amarme a mí mismo, puesto que yo también soy un ser humano. No existe ningún concepto del hombre en el cual yo mismo no esté incluido. La idea expresada en la Biblia, Ama a tu prójimo como a ti mismo, implica que el respeto por la propia integridad y singularidad, el amor y la comprensión de uno mismo no pueden ser separados del respeto, el amor y la comprensión de otro individuo. El amor por mi propio ser está inseparablemente vinculado con el amor por cualquier semejante (Fromm 2000, p.142).
El amor es una actividad, no un afecto pasivo; es un estar continuado, no un súbito arranque. El carácter activo del amor es dar no recibir, su esfera más importante no es la de las cosas materiales, sino el dominio de lo específicamente humano. ¿Qué le da una persona a otra? Da de sí misma, de lo más precioso que tiene, de su propia vida. Ello no significa necesariamente que sacrifica su vida por la otra, sino que da lo que está vivo en él (da de su: alegría, interés, comprensión, conocimiento, humor, tristeza), de todas las expresiones y manifestaciones de lo que está vivo en él (Fromm 2001, p.33).
Además del dar, el carácter activo del amor se vuelve evidente en el hecho que implica ciertos elementos básicos, comunes a todas las formas de amor: cuidado, responsabilidad , respeto y conocimiento son mutuamente interdependientes. Constituyen un síndrome de actitudes que se encuentran en la persona madura, la que: desarrolla productivamente sus propias capacidades, desea solo poseer lo que ha ganado con su trabajo, ha renunciado a sueños narcisistas de omnisapiencia y omnipotencia, ha adquirido: humildad (Fromm 2001, p.40).
Análisis y Resultados.
Todo en el universo se compone de vibraciones a diferentes frecuencias. Si se cambia la frecuencia de una vibración, se cambia la naturaleza de la partícula definida por esa vibración, ya que cambia su energía. Todo es energía, y esta tiene una onda vibratoria, ya sea luz, sonido, ondas electromagnéticas, la energía vibra; lo único que cambia es la forma con la que se manifiesta debido al tipo de onda vibratoria.
Aunque el mundo da la impresión de continuidad, en realidad se enciende y se apaga. Todo vibra y para que haya vibración es necesaria una señal de apagado, por eso se llama vibración. Si pudiéramos ver el mundo al nivel de fotones, lo veríamos encendido y apagado. Hasta nuestros pensamientos son aglomerados de fotones que emergen y se desvanecen en el vacio infinito. Algunas cosas vibran a gran velocidad, como las de un pensamiento es muy acelerada; a nivel de fotones, la vibración se produce a la velocidad de la luz. Otras son más lentas como la vibración de una roca. Al apagado también se le conoce como la discontinuidad. En nuestra conciencia creamos la experiencia de la continuidad a partir de algo que es esencialmente discontinuo, a nuestros sentidos el universo parece continuo. Ellos, no pueden procesar la información que emerge y se desvanece en el vacio infinito a la velocidad de la luz, de manera que crean la ilusión de la continuidad. No podemos ver el apagado; solamente el encendido porque todo sucede tan rápidamente que creamos la continuidad en nuestra mente. La percepción que tenemos solo capta el encendido pero no el apagado.
Las diferentes ondas de vibración, producen en el cuerpo percepciones y sensaciones. Células y órganos del cuerpo están continuamente vibrando a determinadas frecuencias. Cada órgano tiene una vibración determinada y cada parte de su cuerpo una vibración distinta. Cuando nuestro cuerpo recibe la cantidad adecuada de energía y en la vibración determinada, disfrutamos de una buena salud. Por el contrario, si ese nivel de energía y su vibración decaen, nos enfermamos o incluso morimos. Nuestros pensamientos inciden sobre este nivel de energía y vibración y son capaces de acelerar o detener su frecuencia, por esto cuanto más nos acercamos a las vibraciones elevadas (amor) mejor nos sentimos y disponemos de una mayor cantidad de energía.
Nuestro cuerpo no es otra cosa que vibraciones en el campo unificado que terminan formando las moléculas que conforman el cuerpo. Estas vibraciones, deben concordar con las vibraciones que conforman el universo. Esta concordancia o relación rítmica se denomina: arrastre. Es un fenómeno universal y se inicia en el momento de la concepción. Los ritmos del bebe comienzan a sincronizarse con los ritmos cósmicos a través de la fisiología de la madre. Durante todo el embarazo y aun después de nacido el bebe, la frecuencia cardiaca de él y de la madre se sincronizan y el arrastre permanece siempre que haya proximidad con ella. Nuestro cuerpo es parte del universo, y todo lo que suceda en él repercutirá en nuestra fisiología. Nuestros ritmos biológicos son una expresión de los ritmos de la tierra en su relación con todo el cosmos. Debido a la rotación de la tierra sobre su eje nosotros experimentamos un ciclo de 24 Hrs. Construidos por el día y la noche, el cual se denomina: ritmo circadiano.
La tecnología no sana, sino el estar en sintonía (armonía interior), sentir tu cuerpo que es parte de la naturaleza y entrar en comunión con ella, así, estas en concordancia con las vibraciones de toda la tierra. En comunión nos sentimos iguales a todos los seres humanos, no somos superiores o inferiores a nada, en la sintonía con el todo sentimos lo que tu prójimo siente y nos comunicamos sin necesidad de palabras. Luego sintonía es: comunión, es conectar en la misma frecuencia de vibraciones con la naturaleza que me conlleva a estar en conexión con el todo; e implica también con los seres humano.
La risa (alegría), es muy contagiosa, se asienta en complejos circuitos neuronales fundamentalmente involuntarios que, en consecuencia, resultan más difíciles de simular (Small 2000, p.24). Esta reacción involuntaria constituye. La comunicación más directa posible entre las personas – una comunicación de cerebro a cerebro en la que el intelecto se limita a ser un mero espectador – y establece lo que podríamos denominar un vínculo límbico, ni tiene relación alguna con frases ingeniosas (Provine 2000, p.133). La risa y broma oportuna estimulan la creatividad, abren vías de comunicación y consolidan la sensación de conexión y confianza (Sintonía), luego convierten trabajo en algo más agradable (Clouse y Spurgeon, 1995). En cambio, la “ansiedad” no solo erosiona las capacidades mentales, también reduce la empatía y obstaculiza en consecuencia sus habilidades sociales (Henriques y Davidson, 1997).
Los lideres que demuestran empatía y adaptabilidad a los estados de ánimo de los demás, afectan tanto su propia química cerebral como la de sus seguidores. Las mentes individuales, en cierto sentido, se fusionan en un solo sistema Cuando detectamos en forma consciente o inconsciente emociones de otras personas mediante sus acciones, nuestras neuronas espejo reproducen esas emociones. Crean una sensación instantánea de experiencia compartida; El líder finamente sintonizado. Los ejecutivos hablan de liderar desde la intuición, y es producida en parte por un tipo de neurona conocida como células fusiformes. Son aproximadamente cuatro veces más grandes que el resto de las células cerebrales, con una rama extra larga para que sea más fácil unirse a otras células y transmitirles pensamientos y sentimientos más rápidamente. Esta conexión ultrarrápida de emociones, creencias y juicios crea lo que los científicos conductuales denominan nuestro sistema de orientación social. Los líderes no deberían temer actuar siguiendo esos juicios, siempre y cuando estén sintonizados con los estados de ánimo de otras personas. Gran parte de esta sensación se genera inconscientemente, gracias a las neuronas espejo y los sistemas de circuitos de las células fusiformes. Además, hay otras neuronas involucradas: los osciladores coordinan físicamente a las personas regulando cómo y cuando sus cuerpos se mueven juntos. Cuando dos violonchelistas tocan juntos, no solo tocan las notas al unisonó, sino que gracias a los osciladores, los hemisferios derechos de los cerebros de ambos están coordinados más estrechamente de lo que están los lados izquierdos y derechos del cerebro de cada uno de ellos (Goleman & Boyatzis, 2008).
En los años 80, el biofísico alemán Fritz Albert Popp demostró que todas las células emiten luz: llamada luz biofotónica, radiación coherente y armónica que tiene la capacidad de comunicar unas células con otras. Células del mismo tipo producen fotones de la misma frecuencia que interfieren entre sí, creando canales de comunicación entre ellas. De esta forma unos pocos fotones pueden transmitir una gran cantidad de información, y pueden indicar incluso cuándo se tienen que producir reacciones químicas en el interior de una célula. La luz biofotónica parece estar en la base de todo proceso biológico.
¿Que son los fotones? Los fotones son partículas elementales de las que se compone la luz (cuantos) y constituyen la piedra fundamental de la radiación electromagnética. Una de las propiedades más sorprendentes de estas partículas subatómicas es la capacidad de transmisión instantánea entre fotones que previamente han estado unidos, ensamblados, a los que se les conoce también como “fotones gemelos” Se denomina “entrelazamiento cuántico” a una unión íntima entre dos partículas subatómicas sin importar a qué distancia se encuentren la una de la otra. Cuando dos partículas están “entrelazadas”, cualquier modificación que llevemos a cabo sobre una se reflejará de inmediato en la otra, aunque ésta se encuentre en el otro extremo de la galaxia.
Existe un estrecho vínculo entre liderazgo, clima organizacional y eficacia. El modo en que los trabajadores experimentan el clima de su empresa depende entre un 53 y 72 % de las actitudes y comportamientos del líder (Kelner, Rivers & O´Connell, 1996). Luego influyen muy directamente en el modo en que se sienten los empleados, y determinan su rendimiento. El modo en que el líder gestiona sus estados de ánimo no es privado (Autodominio), puesto que su influencia es directa sobre el estado de ánimo de sus subordinados (Sintonía), le convierte en un factor determinante del funcionamiento de una empresa (George & Bettenhausen, 1990).
La conciencia abarca apenas el 1% de lo que existe en nuestro cerebro, el 99% restante de nuestro potencial reside en el inconsciente (Ribeiro, 2000). Nuestro cerebro tiene dos zonas diferenciadas: el hemisferio izquierdo, que actúa sobre el razonamiento lógico (pensamientos); y el hemisferio derecho, que está más abierto a la intuición y el presentimiento que permite “acceder” al inconsciente (sentimientos). Si desarrolláramos la parte derecha del cerebro (la esfera del sentimiento), seríamos capaces de entrar en contacto con nuestro inconsciente (Yo soy). A su vez, el inconsciente individual está relacionado con el inconsciente colectivo (sintonía), y el acceso a él nos conferiría un poder que ahora nos parece imposible.
Resultados.
De la humildad (libre de su propia importancia) no apego; aflora la competencia integridad personal, implica credibilidad y confiabilidad: Justo; esta, no ocurre aislada de la capacidad de influir, implica comprometer y persuadir hacia un fin valioso trascendente (influencia idealizada). Se da, en conexión y sincronización de las frecuencias de vibraciones del líder con sus seguidores: arrastre (relación rítmica) permanecerá siempre que haya proximidad con su gente (face to face).
La sintonía es clave en las relaciones personales, sin ella no existe sincronización, ni conexión alguna con otro ser, es estar en concordancia o relación rítmica: arrastre. Nace de su corazón: el amor. Fuerza principal para cualquier acción y la base más sólida de cualquier relación interpersonal; la práctica de un poder humano, que solo puede realizarse en libertad y jamás como resultado de una compulsión; es vivir y experimentar lo ilimitado (no-apego). Cuando somos adaptables (infinitamente flexibles) en todas las situaciones; esta aceptación: dejar fluir, nos proporciona una estabilidad interior (quietud) que sobrepasa todo entendimiento; implica dejar ir lo conocido ya paso (es una ilusión); la realidad es lo desconocido, vivimos en este estado. Cuando damos el paso hacia lo desconocido (desprendimiento), nos liberamos del pasado y de todas las limitaciones al encontrarnos frente a posibilidades nuevas en cada momento de nuestra existencia (transformarse y evolucionar); ya no estamos atascados en un pasado imaginado (depresión) ni en el temor de un futuro anticipado (ansiedad), vivimos lo único real: el momento eterno.
Lo anterior se refleja en la compasión: una acción, que implica conocimiento e identificación. El conocimiento solo es posible cuando puedo trascender la preocupación por mí mismo y ver a la otra persona en sus propios términos. Por la experiencia de la unión, fusión (sintonía), no mediante algún conocimiento proporcionado por nuestros pensamientos. Tengo que conocer a la otra persona y a mí mismo objetivamente, para poder ver su realidad, para dejar de lado las ilusiones, mi imagen irracionalmente deformada de ella. Solo así, puedo conocerlo en su esencia última: en el acto de amar. Todo ser humano, tiene los mismos ciclos de sueño y reposo, apetito y eliminación: ritmo circadiano. Necesitamos el sol, agua, tierra y luz, para vivir. Nacemos, nos desarrollamos, procreamos, envejecemos y morimos. Luego como personas somos iguales: idénticos. Pero a la vez somos diferentes no distintos, únicos e irrepetible, ante esta situación como se logra la sintonía: solo con respeto (adaptable), responsabilidad (prolijidad) y honestidad (apertura), primero consigo mismo luego con los demás (ama a tu prójimo como a ti mismo). Esto, solo es posible si tengo en las esferas del sentimiento armonía interior: paz.
Conclusión.
Sintonía es fusionarse en una misma frecuencia de vibraciones con la naturaleza y luego con los demás (Fardella, 2013); es lo que se denomina: fotones gemelos un entrelazamiento cuántico, ósea, vinculo límbico. Nuestro cuerpo es: vibración en el campo unificado (fotones) que terminan formando sus moléculas, cuando éstas concuerdan con las del universo, se denomina: arrastre (o relación rítmica); sentir tu cuerpo conectado con la sacralidad de la naturaleza: es comunión con ella y concordancia con las vibraciones de la tierra: ritmo circadiano. Así el líder está en armonía interior: paz consigo mismo; luego desde las esferas del sentimiento nace la comunión con el todo; es apertura, adaptabilidad y prolijidad. Para conectar con la reacción de nuestros interlocutores, la amígdala y sus circuitos asociados constituyen una especie de estación reguladora que resulta esencial para que los circuitos abiertos de las personas implicadas sincronicen sus emociones: resonancia límbica.
El primer paso: es la libertad, conciencia sin pensamientos libre de su propia importancia (no apego a: la comida, bebida, ropa, cosas, personas, su propio cuerpo); luego de ese estado nace: la comunión con: el aire, el agua, el sol, la tierra, las plantas y los animales: armonía interior: paz, sintonía de frecuencias de vibraciones con la naturaleza; de esta brota la alegría: compasión, vinculo límbico con las personas.
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