jueves, 11 de junio de 2015

El Éxito: Cómo disfrutar de lo que tenemos y superar el fracaso

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Por Ignacio Santos de Betancourt

Cuando hablamos del “éxito” hay dos formas de verlo:

Los demás creen que tú has alcanzado el “éxito”,Tú también crees que lo has alcanzado.

Es evidente que estas dos perspectivas deberían de ir siempre unidas como la pajita con el batido. Si queremos disfrutar de un buen batido, lo ideal es tener las dos cosas, pero si se tiene que tener sólo una, mejor el batido que la pajita, pues ésta sola no sirve para nada.

Con el “éxito” pasa lo mismo, de que nos sirve que toda la gente crea que hemos alcanzado el “éxito”, si nosotros en nuestro interior, no nos lo creemos. Si creemos que hemos alcanzado el “éxito”, no necesitamos el reconocimiento del mundo exterior.

El problema surge cuando intentamos adaptar nuestro “éxito” a las directrices que marcan los demás, pero vamos a ver, para quién estamos triunfando, ¿para ti o para los demás?.

En definitiva el “éxito” es personal y varía de una persona a otra, algunos, incluso, lo han calificado como una cualidad que anida en nuestro interior.

Ejemplo: Ghandi cuando murió apenas tenía en su poder unas gafas, un libro y un par de sandalias. Sin embargo todo el mundo sabía que había muerto alguien muy rico.

Reflexión: “Un hombre es rico en las proporciones de las cosas que no desea”.

Ahora bien, no quiero hacer una alegoría de la pobreza como meta, es más, muchas personas ricas en dinero lo son también en espíritu, lo que quiero transmitir es que el “éxito” y el reconocimiento de una persona, no se mide sólo y exclusivamente por lo que tiene o ha conseguido desde el punto de vista material.

¿Cuáles son los elementos que nos pueden acercar al “éxito”?. Veámoslos.

El “propósito”. Tenemos que tener siempre una meta que nos sirva como brújula. Carecer de un objetivo es el peor enemigo del “éxito”.
Tenemos que sentir que estamos avanzando siempre hacia alguna parte, de esta manera, no sólo disfrutaremos de la meta, si no y lo que es más importante, del camino.
No es cierto que si los días pasan y pasan y en nuestro interior sabemos que el tiempo pasado ha sido tiempo perdido, entramos en un sentimiento de desesperación, en un sentimiento de “no estoy llegando a ningún sitio”?.
Las metas que nos fijemos por muy pequeñas que sean, van a tener la fuerza suficiente para hacernos avanzar hacia un objetivo. De este modo, nuestro caminar encontrará un sentido, que impedirá que no se detenga ante nada que nos aparte de nuestra meta.
Reflexión: “La acción más pequeña, vale más que la intención más grande”.En el “éxito” no existe el 100% de efectividad. No todos nuestro días o nuestras horas son exitosos, ¿verdad?, de hecho toda vida exitosa tiene sus días o incluso años, de fracaso.
Lo importante es comprender que esos fallos, no son más que la prueba palpable de que el “éxito” no es una meta fácil.
Sólo las personas maduras, saben comprender que los fracasos ocasionales son inevitables y por ello requieren menos lamentaciones, para así conservar todas las fuerzas que nos lleven a la meta.El coste del “éxito”. El éxito no es gratis, pero eso es precisamente lo que lo hace maravilloso.
Las personas tendemos a no disfrutar de aquello que no hemos conseguido con esfuerzo, de aquello que no nos hemos ganado.
En definitiva a la palabra “éxito” tendría que preceder la la palabra “alegría”, la alegría del éxito tendría que compensarse por el esfuerzo para conseguirlo.La satisfacción. El éxito nace, se hace y se busca para disfrutarlo!!!. De que nos vale haber alcanzado el “éxito” si en nuestro interior no nos sentimos exitosos, no tenemos esa satisfacción que da el haber llegado a la meta, eso no es “éxito”!.

Ojo, el “éxito”, como ya decíamos, puede variar de persona a persona, puede ser pintar un cuadro o amasar una fortuna.

Lo importante es nuestra actitud, como vivimos internamente el “éxito” alcanzado. Acaso ¿es más exitoso el empresario que el carpintero?. No.

Es más, cuando sabemos que hemos alcanzado la meta, ni siquiera necesitamos exhibir ni alardear de nuestra satisfacción por el “éxito” conseguido.

Ignacio Santos de Betancourt
Abogado especialista en derecho educativo / Coach / Especialista en lenguaje no verbal


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