Por Luis Ignacio Ballesteros Sánchez
Desde la infancia todos vamos construyendo una especie de personaje que nos representa, al que podemos llamar identidad. La identidad podría entenderse como el reflejo o concepto que tenemos sobre nosotros mismos, y que se comporta de forma dinámica y múltiple. Dinámica, porque cambia constantemente en función de cómo interpretemos nuestras experiencias, como nos comportemos, pensemos y sintamos en relación a nosotros mismos. Múltiple, porque puede adquirir diferentes matices en función del rol que despeñemos en cada momento (de ahí por ejemplo que no nos comportemos de la misma manera con nuestros amigos que con nuestros padres)
Uno de los grandes obstáculos con los que se enfrentan algunas personas es pensar que tenemos una única identidad, innata e inmutable. Una especie de programa que nos viene determinado por nuestros genes, la educación que recibimos, de nuestros padres o nuestras circunstancias. Por tanto, si mi identidad es la que es, si yo “Soy como soy” ¿Podré plantearme realizar ajustes o cambios en la misma? ¿Cuál es mi libertad de elección?
Pensar que no es posible replantearte ciertos aspectos de tu identidad se convierte por si mismo en una realidad, en una profecía auto-cumplida. La realidad es que “Sólo tú tienes el poder de elegir quién quieres ser”, y “¿Para qué seguir esperando?”
Como te imaginarás, realizar ajustes en la identidad, de forma que puedas gozar de mayor satisfacción y mejores resultados no se hace de un día para otro. Es un proceso que lleva bastante más tiempo, pero la recompensa puede ser muy grande: Una vida con más sentido y libertad.
Algunas ideas clave que te pueden ayudar a encontrar la mejor versión de ti mismo son:
Practica el silencio y la meditación. Al menos 20 minutos al día dedica tiempo simplemente a ser. Acepta las cosas tal como son, sin juzgar y concéntrate en el momento presente. Deja los pensamientos sobre el futuro y el pasado a un lado y céntrate en lo único que tienes ahora de verdad, el presente.Dedica tiempo a descubrir tus talentos únicos. Tú eres una persona única en el mundo, no hay nadie igual que tú, y por tanto sólo tú tienes una combinación de talentos naturales que nadie más posee. Dedica tu vida a buscar esos talentos: apúntate a actividades nuevas, desarrolla tus habilidades, haz cosas que jamás hubieras pensado que podrías, atrévete a aprender, descubre nuevas aficiones. Quién sabe, quizá te sorprendas descubriendo cosas sobre ti mismo.No te centres en ganar más dinero como principal objetivo. El dinero es una consecuencia de utilizar tus mejores talentos al servicio de los demás, aunque necesario en algunas ocasiones, no es un verdadero objetivo en sí mismo. Si sólo te centras en ganar más dinero puedes perder conciencia sobre tu verdadera esencia y, al esperar que ganando más dinero encontrarás aquello que buscas, encontrarte con una gran decepción.Pon en tela de juicio las opiniones y pensamientos que tienes sobre ti mismo. Puede ser que tengas determinados conceptos o ideas sobre ti mismo, aprendidos en el pasado y asumidos como verdades inquebrantables, y que te estén limitando seriamente. Ten mucho cuidad con los “Yo soy…”, ya que entran directos al nivel inconsciente de tu identidad, sin plantearte si quiera que te puedan ser verdaderos.Dedica tiempo a conocer bien a tu familia. Es posible que explorando en tú familia descubras que tienes muchas cosas de ellos reflejadas en ti. Al fin y al cabo, aunque la educación y la genética no son determinantes, sí que tienen mucha influencia en tu identidad. Examina las habilidades, virtudes y defectos de tus padres, tíos y abuelos. Quédate con sus mayores grandezas y mantente alerta ante la posibilidad de repetir algunos de sus defectos.Mantente despierto ante tu Ego. El ego, encargado de velar por tu supervivencia, aparecerá en muchas ocasiones para decirte lo que no tienes que hacer, cuidando de meterte miedo a cambiar, porque él no quiere que seas feliz, sólo busca que sobrevivas. Mantente despierto y sé consciente cuando en tus pensamientos o conversaciones aparezca demasiadas veces tu ego.Deja de ser lo que se supone que los demás esperan de ti. Muchas veces nos comportamos como creemos que debemos ser para agradar o complacer lo que se supone que los demás esperan de nosotros. Primero, es posible que te equivoques al pensar qué esperan los demás de ti, segundo, es imposible agradar a todo el mundo al mismo tiempo porque cada uno puede esperar algo diferente de ti, y tercero, esta es una estrategia perfecta para perder la libertad de elegir cómo quieres ser y qué quieres hacer con tu vida. Hay gente que se pasa vida intentando ser otra persona para agradar a los demás, y cuando se quieren dar cuenta ya es demasiado tarde, han desperdiciado gran parte de su vida.Sé consciente de que algún día morirás. Piensa detenidamente el tiempo que vas a estar vivo frente al tiempo que vas a estar muerto. Así, aprovecha tu tiempo y sé consciente de lo importante que es que disfrutes cada momento. La vida es algo temporal, acuérdate de esto y utilízalo en tu favor para motivarte al cambio. Quizá te ayude pensar cuál puede ser para ti una misión personal que cumplir, un propósito de vida.Utiliza a otras personas de referencia a las que admires. Populares, o de tu círculo de conocidos y familia, toma como referencia personas que te inspiren y a las que admires. Identifica que aspectos clave de ellos te apasionan, y céntrate en aquello que tú también tengas pero que quisieras tener en mayor grado. Esto te puede ayudar a fijarte objetivos partiendo de algo que tú ya tienes, para saber cómo quieres pensar, sentir y actuar.Compórtate como si ya fueras lo que quieres ser. Una buena manera de interiorizar en tu Yo más profundo lo que quieres ser, es comportándote como si ya lo fueras. ¿Qué cosas harías si ya fueras como quieres ser? Actúa sin miedo a equivocarte, no te mantengas paralizado y bloqueado y desarrolla lo mejor de ti mismo para no cesar de crecer y evolucionar.
Quizá te parezcan demasiadas cosas, pero recuerda que: Un viaje de diez mil kilómetros comienza por un solo paso. (Proverbio chino)
Sólo tú puedes elegir por dónde empezar.
Luis I. Ballesteros Sánchez.
Coach Personal y Profesor
Despiertacoaching
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