lunes, 16 de febrero de 2015

¿Por qué nos cuesta tanto adquirir y mantener cambios saludables?

 Por May Morón Romero

Estamos expuestos a multitud de anuncios que nos incitan a comer y beber. Se come en cualquier sitio, por la calle, en el coche, en oficina…vamos por la calle y esos escaparates, esos sitios de comida rápida…no es de extrañar que nos encontremos en muchas ocasiones comiendo y bebiendo más de lo que nuestro cuerpo necesita para satisfacer el hambre emocional.

Por otro lado, cada día nos movemos menos,  llevamos una vida sedentaria, cogemos ascensores hasta para subir un primer piso, coche para ir a la esquina, bus…y luego pasamos 8 horas sentados en oficina y cuando llegamos a casa nos tumbamos a ver la televisión, mientras comemos y que por añadidura, no solemos hacer cenas ligeritas. Claro, nos justificamos con la idea de que “después de un largo día…”, “estoy cansado y como lo primero que pillo…”, “con el estrés y tensión de todo el día, me voy a premiar con un caprichito…”

En resumen, al final del día ingerimos más cantidad de energía de la que quemamos, y como consecuencia, todas esas calorías extras la vamos almacenando y aumentando de peso. Y en un año, casi sin darnos cuenta, podemos aumentar varios kg.

Cuando ingerimos más de lo que gastamos, engordamos y cuando quemamos más energía con nuestra actividad física diaria, de lo que ingerimos, adelgazamos. ¿Sentido común? ¿Y por qué no lo hacemos?

También sabemos que por más preocupaciones, problemas, estrés… que tengamos, no habrá “chocolate” suficiente en el mundo que nos quite los problemas, el estrés… Recuerda que nuestras emociones no tienen dientes.

¿Por qué nos cuesta tanto cambiar nuestros hábitos de alimentación y ejercicio físico?

Buda, ensaña que el cambio requieres conocimiento y para ello tenemos que pararnos y ver que está pasando en nuestra situación actual, sólo si somos conscientes podemos cambiar. Nuestra rutina frenética, no es una excusa para empezar a cuidarnos, respetarnos, querernos…

Hay una historia Zen, que habla de un hombre y un caballo. El caballo galopa rápidamente y parece que el jinete se dirige a un destino importante. Un caminante, le pregunta al jinete: “¿dónde vas tan rápido?” y el jinete le contesta: “no lo sé”, pregunta al caballo.

Así vamos nosotros por la vida, movidos por la rutina y la costumbre, corriendo todo el tiempo.

¿Por qué no te paras para ver si vas por buen camino o quieres cambiar el rumbo?

(Fuente: libro Saborear)

May Morón Romero
Coach personal y nutricional certificada por Asesco
www.nutricioncoaching.es
www.facebook.com/nutricioncoaching


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