martes, 19 de mayo de 2015

La ciencia de la felicidad (2/2)

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 Por Pablo Tovar

En la entrada anterior empecé compartiendo las seis primeras de las 12 actividades que propone mi colega Sonja Lyubomirsky en su muy recomendable libro La ciencia de la felicidad. Vamos hoy con las seis restantes.

Perdonar no significa reconciliarse, ni olvidar, ni negar el dolor causado, sino aprender a vivir en paz con la ofensa. Perdonar es algo que uno hace por sí mismo, no por la persona que te dañó. Existen evidencias de que quedarse enganchado en la amargura o el odio te hace más daño a ti que a la persona que te lo provocó. Aquellos que saben perdonar muestran menos hostilidad, sentimientos depresivos, ansiedad u otros comportamientos neuróticos. El presidente Clinton le preguntó una vez a Mandela cómo era posible que perdonara a sus carceleros. Y Mandela le dijo, ‘Cuando salí de la prisión sabía que si continuaba odiando a mis carceleros, entonces seguiría en prisión’. Aquí el libro de referencia es el de Robin Casarjian, Perdonar. Una cliente me recomendó recientemente Perdón radical de Colin Tipping. Lo tengo a mitad de lectura y ya veo que es una lectura muy recomendable que ofrece una perspectiva muy interesante y complementaria al libro de Casarjian.

Se trata de incrementar las experiencias de fluir. Fluir es un concepto creado por Mihalyi Csikzentmihalyi en los 60 que significa estar totalmente inmerso o absorto que en lo que haces y no eres consciente ni de ti ni del paso del tiempo. También se trata de aprender hasta el último día de tu vida.

Muchas veces posponemos nuestra felicidad, convencidos de que mañana será un día mejor. Pero solo cuando somos capaces de saborear de verdad el presente podemos hallar felicidad. Enfócate cada día en uno o dos breves momentos de placer y trata de alargarlos. Disfruta de las pequeñas cosas (aquí me viene la famosa fase que se atribuye al genial Groucho Marx que dice que la felicidad está en las pequeñas cosas: un pequeño yate, un pequeño castillo… J).

Enfócate en encontrar metas que sean significativas para ti, no busques lo que crees que tienes que hacer o tener, lo que otros esperan de ti, sino lo que realmente te inspira. Dedica tiempo a reflexionar sobre ello. Una vez que encuentres tus objetivos, dedica tiempo, esfuerzo y sobre todo paciencia para poder lograrlos.

No somos seres humanos con existencia espiritual. Somos seres espirituales con una experiencia humana. Las personas que cultivan su espiritualidad son más felices, en muchos casos porque tienen una comunidad fuerte donde encontrar apoyo. La espiritualidad puede ser vivida de muchas maneras; descubre tu propio camino. Uno es la práctica de la religión. También puede ser la práctica de la meditación. Yo he probado varios tipos de meditación y una muy recomendable es la meditación budista.

Finalmente cuida de tu cuerpo. Hay muchas maneras de hacerlo, más allá del ejercicio físico, la comida sana y el descanso necesario. Podéis meditar como decía arriba, reír y sonreír, bailar, cualquier cosa que ponga a vuestro cuerpo en movimiento y en un estado de plenitud. A mí hoy me gusta caminar, jugar al baloncesto, ir en bicicleta, hacer excursiones tranquilas por la montaña. ¿Qué te gusta a ti?

Con la práctica de alguna de estas doce actividades, todas ellas al alcance de cualquier persona, es posible incrementar tu felicidad. ¡Está empíricamente demostrado!

Así que hoy más que nunca, ¡sé feliz!, P.

Pablo Tova
Coaching Ejecutivo
http://www.pablotovar.com


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