viernes, 22 de mayo de 2015

¿Qué sabes del miedo?

La mayoría de las personas huyen del miedo como si fuera un terrible enemigo. Es más que habitual escuchar: “no es bueno tener miedo” o “no quiero caer en el miedo” o “el miedo me bloquea”. Nos enseñan a rechazar esa emoción, a controlarla a reprimirla, pero ¿realmente sabemos porqué y para qué existe ese sentimiento?

El miedo es la primera emoción del ser humano y la que nos ha permitido sobrevivir gracias a que su finalidad es ponerte a salvo y sentirte más seguro. Si el miedo no existiera, no podrías detectar las amenazas, las invasiones, los peligros y acabarías perdiendo tu seguridad y tu integridad, porque el miedo sirve para poner límites, para DECIR NO, para defenderte y para hacer valer el respeto hacia tu ser.

Cuando sientes que algo amenaza tu bienestar: el comentario de alguien que quiere dañarte, la persona que invade tu espacio o tiempo, aquel que te deja siempre para el final o el que no te deja ni hablar porque siempre te quita la palabra para quedarse con el protagonismo, es cuando el miedo se pone en funcionamiento. A diario podemos encontrar muchos ejemplos de situaciones que pueden alterar tu equilibrio o bienestar. En estos casos debes diagnosticar que existe una amenaza a la que hay que poner límite antes de que sea tarde, con el fin de evitar un posible daño. De no hacerlo incurrirías en las repetidas quejas que emites todos los días por no haber puesto los límites necesarios a su debido tiempo.

¿Qué nos impide ver las amenazas? Estar alerta para diagnosticar una posible amenaza o invasión, implica estar dispuesto a decir NO. Como nos han enseñado a estar calladitos, aguantar y tragar, nos hemos creído que poner un límite a alguien nos puede ocasionar perjuicios. Entonces sucede alguno de estos casos:

Miedo a perder el afecto de esa persona. Error! Si la persona responde mal cuando te estás defendiendo de una invasión es que no te quiere respetar. Mejor mantenla lejos de ti.Miedo a dañar al otro al ponerle un límite. Error! Jamás dañas por decirle a alguien que te respete, es más, le estás dando la oportunidad de rectificar su conducta. Si no lo quiere ver así es su problema, no el tuyo. Tú ponte a salvo que es la obligación que tienes hacia ti mismo.Necesidad de ser complaciente. Error! El complaciente siempre atrae al invasor. Tu vida se llenará de seres que abusarán de ti y jamás te tendrán en consideración.

La persona que pone límites, siempre es respetada y mucho más valorada que la que nunca dice NO. Recuerda que el miedo existe únicamente para diagnosticar las amenazas, ponerlas límite y sentirte en seguridad contigo mismo.

Quien no utiliza así ésta emoción, que es como se gestiona adecuadamente, lo hará por exceso o por defecto:

Miedo por exceso: consiste en ver amenazas donde no las hay. El cerebro interpreta que existe un riesgo y buscará medidas de defensa. Así sucede con el miedo al qué dirán, al rechazo, al fracaso, al éxito, a hablar en público, a crear, a la enfermedad (si nada te hacer ver que estés enfermo). Ninguno de estos miedos responden a amenazas reales, tan solo imaginarias, pero el hecho de interpretarlo como amenaza conseguirá que te bloquees, te limites y permanezcas impotente, apocado, inseguro o desconfiado.Miedo por defecto: Se produce por no ver las amenazas y lanzarse a ellas a pecho descubierto. Te invadirán y te quejarás.

Si algo o alguien no te hace sentir seguro, pon límites. Si no lo haces no tienes derecho a quejarte a posteriori pues tú mismo estás favoreciendo que te dañen y que no te respeten. Nadie va a hacerte la vida fácil si no pones tus propias normas.

Arancha Merino
Experta en INGENIERÍA EMOCIONAL (método MAT: Metamodelo de Análisis Transformacional)
aranchamerino.com


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